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Soneto de las Madres y Abuelas

Por Elías de la Cera

Huye la hora, avanza el olvido.

Trenzan Las Parcas de negro y dorado

el oro recuperado,

y la penumbra de lo perdido.


En un retrato inmortal y dormido

persevera el rostro amado,

persevera el amor brindado

y todo el cariño recibido.


Cada una tiene su historia

y más allá de la desdicha y la fortuna

todas esas historias se hicieron una

en esa cuarta dimensión que es la memoria.


El corte de Átropos es fatal e irrevocable,

persiste la lucha en el otro; mortal e interminable.


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