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Mundo Quino

Por Paris Goyeneche

Joaquín Salvador Lavado Tejón, conocido bajo el seudónimo de Quino es el más grande humorista gráfico e historietista argentino.

Sus padres eran españoles, de la localidad de Fuengirola, que emigraron a Argentina.​ Lo llamaron Quino desde pequeño para distinguirlo de su tío, el ilustrador Joaquín, quien fue el que despertó su vocación de dibujante a una edad muy temprana. En 1945, y tras la muerte de su madre, Quino empezó a estudiar en la Escuela de Bellas Artes de Mendoza. Su padre murió poco después, cuando Quino tenía diecisiete años. Abandonó la escuela, con la intención de convertirse en autor de historietas cómicas, y pronto vendió su primera obra. Intentó encontrar trabajo en distintas editoriales porteñas, pero no tuvo éxito. Después de hacer el servicio militar obligatorio, en 1954 se estableció en Buenos Aires.

Publicó su primera página de humor en el semanario “Esto Es” y, a partir de entonces, empezó a publicar en muchos otros medios: “Leoplán”, “TV Guía”, “Vea y Lea”, “Damas y Damitas”, “Usted”, “Panorama”, “Adán”, “Atlántida”, “Che” y el diario “Democracia”, entre otros.

Desde 1954, publicó regularmente en “Rico Tipo” y luego en “Tía Vicenta” y “Dr. Merengue”. Poco después, comenzó a hacer dibujos publicitarios. Publicó su primer libro recopilatorio, “Mundo Quino”, en 1963, tras lo cual un amigo suyo, el entonces publicista Miguel Brascó, le encargó unas páginas para una campaña de publicidad encubierta para la empresa de electrodomésticos Mansfield, para las que creó el personaje de Mafalda. La campaña no llegó a realizarse, por lo que la primera historia de Mafalda se publicó en “Leoplán”, tras lo que pasó a publicarse regularmente en el semanario “Primera Plana”, ya que el director del semanario era amigo de Quino. Entre 1965 y 1967, se publicó en el diario “El Mundo”; pronto publicó el primer libro recopilatorio y empezó a editarse en otros países, entre ellos Italia, España (donde la censura obligó a etiquetarlo como para adultos) y Portugal.

Mafalda es el personaje por antonomasia de Quino y un verdadero fenómeno mundial hasta los días de hoy, pese a que sus historietas solo se publicaron de 1964 a 1973. A través de la aparentemente inocente nenita de 6 años, de su familia y de sus amigos Susanita, Manolito, Felipe, Miguelito y Libertad, el dibujante reflexiona sobre la política, la economía y la sociedad en general, siempre con un toque de humor. La pequeña Mafalda ama a los Beatles, a la democracia, a los derechos de los niños, a la lectura, a la paz y a los panqueques. Odia a James Bond, a las armas, a la guerra y tomar sopa. Y sueña con arreglar el mundo.

Mafalda fue llevada a más de 30 países y se convirtió en la cara de diversas campañas publicitarias, postales y estampillas. Además, ha sido homenajeada en decenas de exposiciones en Argentina y en el extranjero. Su vigencia es un gran reconocimiento a la calidad del trabajo de Quino y al carisma de los personajes que creó, y tampoco deja de ser una muestra de que el mundo no ha cambiado tanto desde entonces.

Las historietas de Mafalda en castellano se han editado en Argentina, México y España e incluyen los libritos “Mafalda” volumen 1 al 10, el libro “Mafalda inédita”, la recopilación “Toda Mafalda” con todas las tiras publicadas, además de libros con selecciones de tiras por tema, entre otros. Actualmente, también están disponibles en formato digital en el sitio oficial de Quino.



Mafalda y sus amigos se convirtieron en animaciones en dos oportunidades: en 1981/82 con una película de 75 minutos producida por Daniel Mallo (“Mafalda, la película” en Argentina o “El mundo de Mafalda” en España); y en 1993, con la producción de más de cien episodios mudos de cerca de un minuto de duración, dirigidos por el cubano Juan Padrón.

Tras abandonar la tira de Mafalda el 25 de junio de 1973, según él mismo por agotársele las ideas, Quino se trasladó a Milán, desde donde continuó realizando páginas de humor.

Además de Mafalda y sus amigos, Quino también le dio vida a centenares de personajes anónimos en sus m


ás de 60 años de trayectoria. Siempre manteniendo una dosis de humor ácido, satirizó los absurdos del mundo moderno, la burocracia y las instituciones inútiles, la política y las relaciones de poder, la hipocresía de la gente, las desigualdades sociales, la degradación ambiental, el sexo y la vida conyugal, entre otros temas.

Entre sus principales libros de humor se encuentran: “Bien, gracias, ¿y usted?” (1976), “Déjenme inventar” (1983), “Quinoterapia” (1985), “Gente en su sitio” (1986), “Sí, cariño” (1987), “Potentes, prepotentes e impotentes” (1989), “Humano se nace” (1991), “¡Yo no fui!” (1994), “¡Qué mala es la gente!” (1996), “¡Cuánta bondad!” (1999) y “¡Qué presente impresentable!” (2005).

En 1984, Quino crea, junto al director cubano Juan Padrón, “Quinoscopios”, una serie de cortometrajes realizados a partir de sus dibujos e ideas.



Quino está casado desde 1960 con Alicia Colombo y no han tenido hijos. En 1976, por fuerza de un golpe militar en Argentina, ambos se exiliaron en la ciudad italiana de Milán. Actualmente, viven entre Madrid y Buenos Aires. Lamentablemente, desde 2009 Quino debió encarar un retiro involuntario por problemas en la vista.

En 2008, con curaduría de Mercedes Casanegra y como parte del Programa de Nuevos Murales, la empresa Subterráneos de Buenos Aires comisionó un mural de azulejos con los personajes de Mafalda en el pasillo que une las estaciones Perú y Catedral.​

En 2009, participó con un original de Mafalda realizado para “El Mundo en Bicentenario: 200 años de Humor Gráfico”, muestra organizada por el Museo del Dibujo y la Ilustración que se realizó en el Museo Eduardo Sívori de Buenos Aires.

A lo largo de su carrera, Quino ha generado una enorme repercusión en el extranjero y cosechado una gran cantidad de reconocimientos internacionales. En 2014, cuando se cumplieron sus 60 años como humorista gráfico y los 50 años de Mafalda, el dibujante fue galardonado por Francia con la Orden Oficial de la Legión de Honor, la distinción más importante que el gobierno francés otorga a extranjeros, y por España con el no menos valioso Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades.

El 21 de mayo de 2014 obtuvo este último premio, galardón que le fue entregado el 25 de octubre siguiente.

Se nos fue ayer, el 30 de septiembre de 2020, tras estar internado a causa de un ACV, a los ochenta y ocho años. Creo que una licencia idiomática sería que él no “fue”, sino que “es” alguien muy presente en la vida de muchos niños y jóvenes del mundo. Siendo también dibujantes, tanto mi tía como mi mamá nos han hecho consumir Quino desde muy chicos. Un miembro más de la familia, un tío al que nunca le perdonaremos que le haya puesto voz a Mafalda en algún que otro dibujito animado, ya que Mafalda no tiene más voz que la de nuestra imaginación.

Se le han hecho infinidad de homenajes a Quino. Pero creo que el mejor es que, en cada casa, no falte un ejemplar de alguna de sus obras. Quiero compartirles un link de alguno de sus trabajos en paralelo a la niñita de frondosa melena, llamado “Quinoterapia”, y una de las tantas entrevistas que se le han hecho, pero la que más me atrae, ya que es un Quino joven, que todavía tiene mucha cuerda, ocurrente como siempre, y retratado tal como es.

A su memoria maestro, y nos vemos en sus trabajos

Bon Appetit.





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