Por Paris Goyeneche
Horacio Coppola (1906 – 2012) fue un fotógrafo y cineasta nacido en Buenos Aires, considerado como el mejor y más prolífico de la Argentina del siglo XX.
Era el menor de seis hermanos de una familia de origen genovés de muy buen pasar económico, ya que su padre tenía una fábrica de máquinas a vapor. Ingresó a la Facultad de Derecho, para abandonar tiempo después. Iniciado en la fotografía por su hermano Armando (20 años mayor), éste le enseñó todo lo que supo sobre fotografía.
Como profesional de la fotografía, se lo puede enmarcar en la escuela moderna argentina junto a Annemarie Heinrich, Anatole Saderman, y su primera esposa Grete Stern; quienes adhirieron a la vanguardia de la modernidad de los años ‘30 y su experimentación visual.
Su formación consistió en dos viajes a Europa, donde vivirá entre 1930 y 1936. El primero en 1930, pasando por Alemania (donde adquiere su primera Leica de formato chico), Francia, España e Italia. El segundo lo realizará en 1932.
En la Alemania de entreguerras estudia en Berlín, en el Departamento de Fotografía de la Bauhaus, dirigida por Walter Peterhans, período en el que conoció a Grete Stern (su primera esposa) que también estudiaba allí.
Luego de vivir un tiempo en París, terminó regresando a Argentina con su esposa y sus dos hijos en 1936, para abrir un estudio profesional. Ni bien llegó, el municipio de Buenos Aires le hace un encargo especial, que consistía en retratar los edificios tradicionales, que estaban ya presenciando cambios importantes en el ámbito edilicio, para hacer un relevamiento de las edificaciones de la ciudad creciente, siendo uno de los principales testigos de la metamorfosis que tuvo la avenida 9 de Julio junto al obelisco.
Fue el autor de las fotografías que aparecieron en la primera edición de la obra Evaristo Carriego (1930), de Jorge Luis Borges.
En la década del cuarenta, registró la obra del arquitecto y escultor brasileño "O Aleijadinho", publicadas años después.
Formó parte del círculo de intelectuales y artistas del siglo XX, junto a Alfredo Guttero, Xul Solar, Leopoldo Marechal, Victoria Ocampo, Ezequiel Martínez Estrada y Jorge Romero Brest.
Volvió de nuevo a Europa en 1946, y luego en 1967. Y en 1971 viajó por Estados Unidos, México y Guatemala.
En su época de mayor producción con Grete Stern, podremos observar los primeros trabajos de fotomontaje con temáticas de lo más diversas, siempre en blanco y negro, que adquieren profundidad y sentido frente a la fotografía academicista de la época.
Llegó a presenciar el cambio de siglo, ya retirado de su labor fotográfica. Colaboró con todos aquellos “salvadores” de sus trabajos, a los que siempre recibía con una sonrisa, viendo todos sus trabajos con la misma sorpresa que un niño que veía sus fotos por primera vez. Sin embargo, recreando cada una que veía con un comentario sobre cómo la había sacado, una anécdota por foto.
Falleció en 2012 a los 105 años. El coleccionista Jorge Mara La Ruche y la gran Sara Facio son los principales curadores de su obra, la cual recomiendo sopesar, primero con el ojo nuestro, el actual, y después ponerlas en el contexto de en qué época fueron tomadas las fotos, y podremos entender que se trata de un visionario, un vanguardista, un genio, que no debemos olvidar y al que hay que rendirle tributo teniendo en casa algún que otro trabajo de él, sea de fondo de pantalla o en nuestra habitación.
Les dejo el link de aquel trabajo del gobierno de Buenos Aires, un corto de cinco minutos y pico sobre la construcción del Obelisco. No tiene sonido, y con tan pocas imágenes dice muchísimo. Y además, les dejo algunas placas de las más destacadas. Echenle un vistazo sobre todo a su autorretrato (“Foto mirando a un zapato”).
Bon Appetit
