Por Paris Goyeneche
El pseudónimo de un grande ya olvidado de la literatura argentina. Nacido en 1905 bajo su nombre real, Carlos Warnes, su primer oficio fue el de carpintero, hasta que un pequeño accidente lo obligó a cambiar –afortunadamente- de rumbo. Fue el poeta Conrado Nalé Roxlo quien le dio su primera oportunidad en el periodismo, sumándose al equipo de colaboradores permanentes del diario Crítica. Tras varios años de entrenamiento, el humor fue ganando espacio definitivo en su escritura. A partir de los años treinta fue colaborador y director de algunas de las publicaciones más leídas de la Argentina: “Aquí Está”, “Cascabel”, “Clarín”, “El Mundo”, “Leoplán”, “Mundo Argentino”, “Patoruzú”, “Rico Tipo”, “Satiricón” y “Vea y Lea”.
Sus trabajos en dupla con el famoso dibujante, que se extienden por más de dos décadas, continúan en “Rico Tipo”, tras el cierre de “Cascabel”, donde juntos hacen el «periódico barrial» “Versos y Notisias”, gran diario de todos los miércoles, sección de un humor que pulsa la cuerda de corrientes tan aparentemente distantes como el costumbrismo y el surrealismo. También hicieron juntos una columna llamada «Mente sana in córpore roto», y más tarde: «Los grande inbento de este mundo».
Colabora en muchas otras publicaciones, entre las que se cuentan las revistas “Vea y lea” y “Tía Vicenta”, o el diario “Clarín” y “Radiolandia 2000”.
En la revista “Rico Tipo” también publica ―bajo el seudónimo de Napoleón Verdadero― las «Historias de lío tras lío», relatos que, a través de un reino imaginario, le permiten reírse de los dislates de la política de su propio país.Con Oski publicó “El Medisinal Brutoski” ilustrado. En la misma cuerda política, escribe ―a partir de 1960 y durante diez años― los guiones del programa televisivo de Tato Bores.
En radio, trabajó junto a la periodista Betty Elizalde en el recordado ciclo “Y a mí... ¿por qué me escucha?”, por Radio Splendid en 1978. Falleció en Buenos Aires el 2 de julio de 1984. Tomé contacto con su obra tras leer el prefacio de “Rayuela” de Cortázar, donde menciona una parte del libro de Bruto “Lo que me gustaría ser a mí si no fuera lo que soy: Perro de San Bernaldo”. El libro completo está reeditado por Ediciones de la Flor, y es un clásico. En Mercadolibre está más que accesible y no debe faltar en una biblioteca que se precie.
Hay que estar un poco entrenado para leerlo, tenés que estar bien seguro de cuánto sabés de normas ortográficas del castellano, porque te perdés. Al principio te duelen los ojos por la sarta de barbaridades idiomáticas que pone. Ideal para practicar declamación (me he visto varias veces leyéndolo con entonación), te matás de risa por las salidas de otro guionista de Tato Bores, seres excepcionales que los leés ahora y los podés leer más adelante y nunca van a perder vigencia.
El texto que te ofrezco en esta oportunidad lo encontré escaneado del original (no se puede/debe bajar), y es un clásico para leer. Lo adoré desde el primer momento. Se llama “Consejos para futuros gobernantes” donde Bruto se despacha con sus salidas y noticias para el político novicio. No tiene desperdicio, lo van a disfrutar.
https://drive.google.com/file/d/0BwDwk4age8W-ZmNETjhMQm5GUXM/view