Por Elías de la Cera

Que otros busquen su consideración,
con objetos frívolos y bagatelas,
Yo, sin joyas, sin armas y sin telas
le envío mi única nobleza; la erudición.
Procure siempre gobernar conforme
su virtud, su fortuna y su prudencia,
para que en el ápice de su enorme grandeza,
rebalse de gloria Vuestra Magnificencia.
Sea príncipe Lorenzo, no se deje intimidar,
que el sensible siempre pierde, y no sabe ganar.
Sea príncipe Lorenzo, nunca deje de mandar,
que su reino es de la tierra, el cielo se lo han de negar.
Ostente el poder y sea despótico para que no se diluya.
Creo que es en vano; mi obra ya es superior a la suya.