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La Ferrari de Menditeguy

Por Paris Goyeneche

Fueron muchos los autos importantes que fueron llegando a la Argentina a partir de la década del ‘20 y, sobre todo, en la inmediata posguerra, con la celebración de las primeras temporadas automovilísticas. Durante la década del cincuenta, Ferrari era un gran taller, o una pequeña fábrica, según quiera verse, que gozaba de excelente prestigio por los logros deportivos en diferentes terrenos, tanto en la nueva Fórmula Uno como en las carreras sport y de endurance.

Por su parte, en Argentina, comenzaba a surgir una raza de jóvenes amateurs. Uno de estos pioneros fue el polifacético Charlie Menditeguy (1915-1973), que en su debut automovilístico en Mar del Plata mostró una impecable performance con esta 166 Touring Barchetta Vignale. Este auto había nacido con el motor de dos litros de cilindrada, pero luego llevado a 2340 cc con tres carburadores, de ahí su nueva denominación 166/195 Inter. En marzo de 1952, hizo su reaparición en Buenos Aires, durante las dos pruebas organizadas por el Club de Automóviles Sport en la inauguración – nada más ni nada menos – del Autódromo de la Ciudad de Buenos Aires.

Como automovilista, Menditeguy fue siempre un hombre de ir a todo o nada. Además de campeón de polo, golf y tenis, entre otras tantas disciplinas, fue playboy y piloto de élite. Protegido de Juan Manuel Fangio, corredor de TC con el “Chueco” Gálvez, apretaba el acelerador a fondo, de principio a fin.


Menditeguy corrió además en monopostos, llegando incluso a la Fórmula Uno, y nada más se supo de esta berlinetta hasta la década del ‘70, cuando la tuvo el mendocino Lino Bendolini, que la usó en varios eventos hasta que decidió venderla y exportarla. Allí fue la 166/195 a Estados Unidos, donde fue usada para recuperar el tiempo de letargo, hasta que, en mayo de 2008, RM Sotheby's la ofreció al mercado y un coleccionista argentino decidió comprarla para traerla nuevamente a su segunda patria.


Es una “rara avis”, ya que se trata de las primeras creaciones de Enzo Ferrari (Chassis #71), que tiene muchos elementos en común con Lancia.

Usada intensamente, y sin pausa, a lo largo de todos estos años en diferentes competiciones de rally sport, con un palmarés variado y de excepción, conserva gran parte de la pátina original, ya que ha sido levemente restaurado, por lo que ya es un gran clásico, nuevamente en nuestras rutas desde hace ya una década.

Les comparto algunas fotos sacadas desde el evento que agrupa a los autos más hermosos del país – Autoclásica – en su edición de 2015, donde fue presentada en sociedad; además de una yapita vía Youtube.

Bon Appetit.


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