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Informe de Política Internacional N°26

Por Gonzalo Cueto


Terminan los recesos estivales en Europa y brotan manifestaciones de descontento en el hemisferio norte, ya sea por temas raciales, como en Estados Unidos, o por temas ligados a las cuarentenas y la pandemia, como en Europa. La violencia va escalando a medida que pasan los meses, y no se observan definiciones y/o soluciones a los problemas reinantes en las regiones. Las economías del norte se resquebrajan y los casos de recontagio ponen en duda las recomendaciones de los expertos en salud.


La vuelta a la “normalidad” se tropieza con obstáculos. En Francia, la vuelta a clases es duramente criticada por la población y se ve reflejada en la tapa de la famosa revista Charlie Hebdo, que ilustra en su portada a dos niños escolares que sostienen sobre sus espaldas mochilas con forma de ataúdes.


Como consecuencia del desplome económico en la Eurozona, el aumento del desempleo y la quiebra masiva de pequeños y medianos comercios, los gobiernos han comenzado a incrementar sus déficits fiscales con el fin de aplacar, a través de medidas de bienestar (salario mínimo y vital), las consecuencias de la crisis. Sin embargo, estas medidas solo pueden financiarse mediante la creación de nuevos impuestos. Entre los nuevos impuestos, están nuevas tasas sobre el plástico no reciclado, o tasas al COVID a los sectores más pudientes, o tasas a los negocios digitales, que son quienes más crecieron durante el aislamiento, o a las transacciones financieras.


Hoy, los Estados Unidos son por lejos el país más afectado por el coronavirus, con el 24% de los casos a nivel mundial y el 21,75% de las muertes;desde el comienzo de la pandemia, Brasil lo sigue como el segundo país con más contagios, los cuales representan el 15,3% a nivel mundial y el 14,2% de las muertes. En cuanto a la Argentina, hoy se encuentra en el décimo lugar de contagiados, pero estos valores seguirán creciendo hasta que se obtenga la vacuna.


Mientras tanto, Trump se encamina hacia las elecciones con la amenaza de que, si él no gana, Biden puede transformar al país en una Venezuela, y su nueva promesa de campaña es reestablecer la educación patriótica en todas las escuelas y así poder identificar a los enemigos de EEUU; la otra preocupación en la contienda electoral es la salud de Biden y su elevada edad. Muchos aseguran que quien gobernaría de hecho, en caso de triunfar Biden, sería Kamala Harris, por lo cual las últimas encuestas están dando hoy un empate técnico en las elecciones.


Por otra parte, mientras los índices industriales de EEUU siguen desplomándose con respecto a los chinos, el conflicto entre ambos gigantes sigue escalando. Las autoridades de Pekín afirmaron el viernes pasado, que obligaron a un navío de guerra estadounidense a abandonar la zona del archipiélago de las Paracelso, en el mar de China meridional, después de disparos de misiles chinos en la zona y, como respuesta, el gobierno de Trump no manifestó su desaprobación a las maniobras militares chinas, sino que agregó 24 empresas chinas más a una lista de entidades que enfrentan restricciones comerciales por ayudar a construir puestos de avanzada en la región. Por último, Trump se aleja de su cruzada por obtener la vacuna contra el COVID y, en este sentido, el portavoz de la Casa Blanca, Judd Deere, sostuvo que “Estados Unidos continuará involucrando a nuestros socios internacionales para asegurarnos que derrotamos a este virus, pero no nos veremos limitados por organizaciones multilaterales influenciadas por la corrupta Organización Mundial de la Salud y China”.


El otro conflicto que llamo la atención fueron las protestas de los jóvenes idealistas pro democracia que tuvieron lugar en Bielorrusia, después de que se diera a conocer los primeros resultados electorales, que dieron como ganador, con más del 80% de los votos, al presidente, Alexander Lukashenko, revalidando así por sexta vez consecutiva su mandato, desde que asumiera el poder por primera vez allá por 1994. Las protestas se transformaron en más violentas y la UE, que rechazó el resultado de las elecciones, está preparando un paquete de sanciones, si es que el presidente no accede a dialogar con la oposición. Del otro lado, Rusia se alista para socorrer a Bielorrusia dada la cantidad de tratados y acuerdos firmados entre ambos países, dado que el presidente denuncia un complot de Occidente para derrocarlo.


En cuanto a la situación en Argentina, el gobierno estudia la forma de poder ser parte de la Iniciativa BRI (Belt and Road Initiative), la cual es un proyecto lanzado en el año 2013 por el presidente chino, Xi Jinping, que propone formar un conjunto de enlaces marítimos y ferroviarios con dos ejes: uno terrestre, entre China y Europa, pasando por Kazajistán, Rusia, Azerbaiyán, Bielorrusia y Polonia para terminar en Alemania, Francia y el Reino Unido; y otro marítimo para llegar a América Latina, África y Oriente Medio. En este sentido, Argentina tiene mucho para suministrar a China, como el avance en la producción de cerdos y el aumento de las ventas de materias primas. Todo esto ante el atento ojo vigilante del gobierno de Donald Trump.

La economía interna parece haber alcanzado ahora una primera solución a corto plazo, ya que se logró renegociar la deuda con un 99% de aceptación. Sin embargo, esto no es una solución a largo plazo sino una postergación de los problemas, porque, para solucionarlo, ahora hay que empezar a producir aún mas y crear mas empleo. La ley del impuesto a las grandes fortunas puede ser un paliativo, si es que se utiliza para ayudar a uno de los sectores más postergados de la economía, como son las Pymes, quienes generan la mayoría de los empleos genuinos de la Argentina.


Queda la negociación con el FMI y la disyuntiva de tener que solicitar un crédito para poder hacer una suerte de roll over sobre los intereses del préstamo anterior del gobierno de Macri. Hasta que realmente el Congreso no sancione alguna medida respecto al endeudamiento libre que puede ejercer un gobierno sin responsabilidad, evidentemente nada cambiará a largo plazo. Pero el escenario por los próximos años está más aclarado, ya que hasta el 2024 pagaremos poco en amortizaciones y se incrementará un poco el interés hasta el 2028; ahora, de ahí en adelante, tendremos 10 años de altos pagos sin la posibilidad de volver a reperfilar.


El problema real que hoy enfrenta el gobierno son las bajas reservas en dólares de libre disponibilidad que hay en el BCRA; la balanza comercial, que sería positiva dadas las pocas importaciones que hay, nos podría dejar un superávit de entre u$s15.000 a u$s18.000 millones; sin embargo, hay que decir que este superávit se puede ver afectado por la extraordinaria sequía que existe en el campo, y que puede hacer que las cosechas sean menores a lo esperado. Por otra parte, la venta de dólares minoristas para dólar ahorro siguen dinamitando día a día las reservas. Es necesario que el gobierno pueda volver al crecimiento de los superávits gemelos, y así poder empezar a generar empleo, ya que hoy es lo que mas está afectando a la sociedad, y es la única forma de poder salir de la trampa de la pobreza que hoy está alcanzando, junto al desempleo, valores cercanos al 2001.


El camino que tendría que encarar el gobierno es ampliar nuestros puntos de valor agregado, intensificar la producción agroindustrial y la transformación de cereales en proteínas, como es el caso del proyecto de cerdos a China, y comenzar a desarrollar la tecnología satelital y nuclear de la cual podemos decir, con orgullo, que somos de la Élite mundial, por lo que podríamos tratar de vender servicios a otros países. Asimismo, se debería recuperar la soberanía de los ríos navegables y comenzar el desarrollo de mayor cantidad de zonas portuarias. Estas quizás son las primeras herramientas que nos pueden llevar al crecimiento, tan necesitado, de la economía local.

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