Por Gonzalo Cueto
Todos los medios de comunicación a nivel mundial han acompañado la campaña de Joe Biden/Harris, por lo que todos han festejado su triunfo y todos dan el mensaje del que ya ha ganado. Aunque, en realidad, aún quedan por resolverse las cuestiones legales, debido a que el Fiscal General, William Barr, anunció que autoriza a todos los fiscales federales a abrir investigaciones ante las denuncias de irregularidades, y McConnell (líder de la mayoría Republicana del Senado) no reconoce el triunfo del demócrata y se refiere al derecho de Donald Trump a presentar acciones legales, alineando el partido detrás de él. Además, ni China, ni Rusia, ni México, ni Brasil han felicitado a Biden, cosa que sí hicieron otros mandatarios (en su gran mayoría europeos y americanos). De cualquier forma, el 14 de diciembre será el día en el que el Colegio Electoral proclamará oficialmente al próximo presidente de los Estados Unidos.
Estas elecciones norteamericanas fueron muy particulares, puesto que ambos candidatos superan los 74 años, aunque esto no es un impedimento, porque los dos se encuentran en condiciones físicas y mentales para asumir la responsabilidad de ser presidente del país norteamericano, y todos los desafíos que implica gobernarlo. Por un lado, tenemos una primera mayoría que supera el 50%, formado por afroamericanos, hispanos, comunidades LGBTQ, artistas, sectores de alto poder adquisitivo e intelectuales enfrentados a la política de Trump. Por el otro lado, tenemos sectores medios-bajos del centro del país, clases medias, minorías religiosas y gran cantidad de grupos paramilitares radicalizados, que son quienes sostienen el discurso de Trump. También llevaron adelante la imagen pro Trump organizaciones como “Q Anon” en Europa, que, a través de manifestaciones contra la pandemia, acusan a los gobiernos de Merkel, Macron y Boris Johnson, entre otros, de ser dominados por las cooperaciones.
Todo en los últimos días tuvo que ver con las elecciones de Estados Unidos, ya que siempre es tema central para la política internacional y genera nuevas expectativas de cómo va a cambiar la política exterior de Estados Unidos hacia la región. En cuanto esto, la política de Obama fue complicada con América Latina en general, y con Argentina en particular; a pesar de que los medios nos vendían un presidente revolucionario, ganador del premio Nobel de la Paz, éste alcanzó el triste hito de que, durante todo su mandato, estuvo en guerra. Por otro lado, Trump no llevó adelante ninguna guerra, pero estableció un bloqueo feroz a Cuba y Venezuela. Estas dos actitudes demuestran que Estados Unidos sigue adelante con una política de zanahoria y látigo para la región, sin importar quien gobierne. Cabe aclarar que Joe Biden, en su momento, declaró: “que las Islas Malvinas son inglesas y que Argentina fue el agresor”; lo que nos pone en un punto de partida complicado respecto de nuestro reclamo de soberanía sobre las Islas Malvinas, Antártida y la extensión de nuestra plataforma territorial.
Si bien Biden puede ser más afable a políticas medioambientales, políticas sociales demócratas, mejores modos, formas y un discurso acorde a la Agenda Global 2030, es inevitable percibir que estas políticas van a tener mayor apoyo y recursos a nivel internacional, convirtiéndose en un promotor de estos sectores. Dentro de los EEUU, Biden plantea la suba de los impuestos, tanto a las empresas como a los ciudadanos. Recaudar y paliar la crisis generada por el Covid, hoy, es una necesidad, ya que la recesión mundial es muy grande y los organismos internacionales ya plantearon la urgencia del reseteo financiero; asimismo, el FMI puso de manifiesto la necesidad de volver a un nuevo Bretton Woods, es decir, después de esta gran crisis a nivel mundial, el cambio económico a nivel global es un hecho y en enero comenzaría su tratamiento en Davos.
La euforia a nivel mundial por el triunfo de Biden arrastró al alza de un montón de acciones, y la Reserva Federal seguirá con la compra de activos llamados tóxicos, provocando, con la constante emisión de dólares, un deterioro del valor de dicha moneda y el revalúo de las otras monedas frente al dólar. Recordemos también que la deuda interna americana es casi ya inmanejable e impagable, y políticas fiscales más restrictivas generarán que muchas empresas salgan del país, para instalar sus plantas en destinos más tentadores como China o India.
Las declaraciones de Pfizer sobre el 90% de efectividad de la vacuna contra el Covid, y el anunció de que la vacuna rusa logró un 92% de efectividad, son señales de que el mundo podría volver a la normalidad. Es de destacar que la ventaja de la vacuna rusa radica en su simpleza, es un polvo que se mezcla con un excipiente para disolverlo y luego administrarlo por vía intramuscular. Dicha ventaja es que no requiere cadena de frío, y esto, para muchos países de América, es una solución a los problemas de logística que pueden surgir a la hora vacunar a sus comunidades. También tenemos la vacuna China, la cual suspende sus ensayos en Brasil de forma abrupta.
Mientras esto ocurre en un lado del mundo, China sigue esperando, creciendo y revaluando su moneda, para transformarse en la potencia económica y tecnológica a nivel mundial. La ruta de la seda ahora sumará a la Argentina, la cual ha manifestado su intención de incorporarse, para recibir de ellos la ayuda en infraestructura, la cual permite generar un mayor incremento en el comercio; hasta el momento, Chile, Uruguay, Venezuela, Surinam, Guyana, Bolivia y Ecuador son los países de la región que se sumaron al proyecto. Esto permitirá que el comercio en la región sea más ágil, para poder embarcarlo y trasladarlo. Si bien el PBI de cada país cayó, consecuencia del Covid y de la propia recesión mundial, China muestra hoy un pequeño crecimiento del 4,9% en el trimestre de julio a septiembre, en comparación con el mismo periodo del año anterior, dejando entrever su predominio económico; en cuanto a lo tecnológico, también sigue avanzando ya que, hace pocos días atrás, se ha enviado exitosamente al espacio lo que ha sido llamado "el primer satélite 6G del mundo”, demostrando su vanguardia tecnológica.
En Europa, la segunda ola es un hecho, cada día hay más casos de Covid: en Italia, los sectores sanitarios están pidiendo el cierre de fronteras, al igual que otros países. En cuanto a los sectores más alejados de la Europa Central, en Bielorrusia siguen los arrestos de manifestantes contra el gobierno actual, y Rusia logró firmar un acuerdo de Paz entre Armenia y Azerbaiyán, junto con la retirada del ejército armenio sobre tres regiones Azeríes. Pareciera, pues, que Rusia pudo imponer su voluntad, posicionándose, junto con Turquía, en observadores claves de esa Paz. En la región, hemos tenido la asunción del nuevo gobierno de Bolivia, la aprobación del cambio de la constitución en Chile y, a último momento, la destitución o golpe institucional del presidente de Perú, sumergiendo a aquel país nuevamente en conflictos sociales, sumados a los propios de la economía y la pandemia.
En cuanto a nuestro país, la decisión de dejar de emitir para aumentar el déficit por endeudamiento parece haber servido para controlar el precio del dólar y la presión de devaluación; hay que aclarar que este nuevo endeudamiento es en dólares y con tasas de un 37%, por lo que es igual de preocupante que en el gobierno anterior. También, una misión del FMI llegó al país, y se supone que el gobierno pedirá un crédito de facilidades extendidas; el problema radica en cómo se manifestará el ajuste que va a pedir el Fondo, ya que la receta de achicamiento y recortes del gasto no son viables, ante una sociedad con graves problemas sociales, económicos y productivos por resolver. Como manifestara el Jefe de Gabinete, habrá que recurrir a la inventiva.
A pesar de ello, y con el presupuesto casi aprobado en el Senado, los problemas a largo plazo siguen siendo aumentar las reservas, mejorar el sistema fiscal en cuanto a los impuestos y aumentar, por ende, la producción de bienes y servicios para exportar. La preocupación del aumento de la pobreza y el desempleo van en contra del aumento de la producción. En dólares, somos hoy más competitivos, y los salarios argentinos uno de los más bajos de la región; faltan las señales para que se pueda invertir más, aunque estas tampoco las pudo dar el gobierno anterior, ya que solo vinieron los llamados fondos buitres, los cuales solo jugaban con el carry trade. Por ende, la posibilidad de la inventiva y de pensar un país distinto se transforma en la oportunidad para cambiar definitivamente el rumbo nacional; tenemos precios bajos, excelentes productos a nivel forraje, y tecnología de punta en materia nuclear y satelital, más recursos minerales para explotar; solo nos queda pensar en cómo organizar a la comunidad y qué dirección le damos a la Nación.