Por Gonzalo Cueto
Mientras el mundo continúa encerrado, las finanzas siguen siendo el mayor problema a resolver en esta crisis internacional. La mayoría de los Bancos Centrales están inyectando dinero, otorgando ayudas y, por otro lado, se está comenzando a plantear un Salario universal, como expresara el Papa Francisco en su reciente sermón de Pascua:
“Ustedes, trabajadores informales, independientes o de la economía popular, no tienen un salario estable para resistir este momento y las cuarentenas se les hacen insoportables. Tal vez sea tiempo de pensar en un salario universal que reconozca y dignifique las nobles e insustituibles tareas que realizan; capaz de garantizar y hacer realidad esa consigna tan humana y tan cristiana: ningún trabajador sin derechos”.
Europa adoptó un bono para la creación de un fondo de recuperación, pero esto no alcanza para todos, y las discusiones son varias dentro de la Unión. Por otro lado, el Presidente Francés, Emmanuel Macron, se manifestó dispuesto a anular masivamente la deuda de las naciones africanas. El Ejecutivo británico disfruta de la llamada Ways and Means Facility (W&M), el cual es un mecanismo permanente por que el que el BoE (Bank of England) preste directamente al Gobierno, sin necesidad de que este tenga que emitir bonos y acudir al mercado secundario de deuda; en una palabra, otro país que comienza a imprimir billetes para financiar las necesidades extraordinarias. España e Italia fueron los países que más reclamaron a la Unión por ayuda y, al final, consiguieron que la Comisión Europea presentará una iniciativa para proporcionar subsidios públicos respaldados por el conjunto de la Unión Europea, con el fin de mantener el nivel de empleo en ambos países.
En una entrevista para el diario el País, el Ministro de Estado para Europa en el Ministerio Federal de Relaciones Exteriores, Michael Roth, declaró:
“Nos hemos dado cuenta de que, para determinados productos médicos que necesitamos urgentemente, no somos autónomos ni soberanos. Es una experiencia dolorosa tener que admitir que somos en parte dependientes de China y de la India para los productos médicos. Debemos garantizar un cierto grado de autosuficiencia para los bienes de primera necesidad”.
Esta declaración es un buen ejemplo para demostrar por donde gira el pensamiento de las autoridades mundiales.
Por otro lado, China se convirtió en los últimos meses en el mayor productor y exportador de productos médicos. Ya son alrededor de 20 mil las fábricas produciendo insumos; en su gran mayoría, son instalaciones que se reconvirtieron para poder producir. El problema es que no todas poseen el certificado sanitario acorde a ello. Sin embargo, las importaciones y exportaciones de China hoy parecen haber encontrado su equilibrio; si bien todo está comenzando lentamente, parecería que la demanda vuelve a los valores “habituales”. China y la OMS están comenzando a recibir duras críticas de la administración Trump y de los gobiernos británico y francés, sumado al gobierno brasileño de Jair Bolsonaro. La embestida la lleva adelante Trump, quien dice que no financiará más a la OMS, dado que no puede explicar sus vínculos con China. Por su parte, el canciller Ruso salió a decir que no se puede acusar o hacer responsable de esta epidemia a ninguna nación. Este hecho ha fijado posición en varios gobiernos del mundo y, en el caso de Argentina, es la primera vez que abiertamente se apoya a la OMS, lo que podría ser interpretado como un respaldo a la posición china. También es de reconocer que China está llevando adelante una ayuda importantísima en muchos países, al igual que Rusia y Cuba, como se mencionara en el informe anterior.
Argentina suscribió con los 28 países miembros de la Alianza por el Multilateralismo un documento que señala, entre otras cosas, que “el virus no conoce fronteras... que todos los países están afectados... que debemos permanecer unidos en nuestra humanidad compartida”. El Grupo de Puebla y dirigentes como Rafael Correa, Carlos Ominami, Lula Da Silva, Dilma Rousseff y Ernesto Samper, entre otros, plantearon que “la OMS debe tener un rol aún más preponderante que el que tiene actualmente” y llamaron a defender a ese organismo ante “los ataques que intentan debilitarla”. Este lineamiento de la Argentina puede llegar a ser una complicación en el momento en que se comienza a llevar adelante una nueva negociación de la deuda, en la cual va a necesitar indefectiblemente del aval de EEUU; ello es consecuencia de no ser económicamente independientes.
Por último y como vengo sosteniendo desde el año pasado en estos informes, el oro llegó a valores récord como reserva de valor. A su vez, China decide ponerse al frente del sistema financiero internacional y lanza su criptomoneda, lo cual vengo mencionando hace un tiempo. El próximo 25 de abril es el día para que entidades de todo el mundo puedan sumarse a BSN - siglas inglesas para el nombre oficial de la plataforma: Red de Servicio de Blockchain - el cual ya posee el respaldo de varios bancos chinos, y pareciera que también de algunos rusos. Obligando así al resto de los Bancos Centrales a acelerar el lanzamiento de sus criptomonedas. El yuan digital no es como el Bitcoin, tendrá paridad 1 a 1 con el yuan de papel respaldado por el Gobierno y podría estar respaldada posteriormente por sus reservas en oro.
El FMI reconoce que se avanza hacia una nueva “gran depresión”, en orden al 3%, el mayor desplome desde la caída del ‘29, pero este no es el único temor; el miedo al surgimiento de un nuevo brote del virus, que complique aún más a la economía, está en la mente de todos. Esto afecta no sólo al turismo y a los países que viven de esa industria, sino también a la producción de alimentos. Por lo cual, el FMI es uno de los primeros organismos en reconocer que, por los próximos años, debería suspenderse el pago de las deudas que poseen los países, para que puedan recuperarse; por su parte, la FAO pone la atención en la falta de alimentos.
La OPEP termina de demostrar que el negocio del petróleo no puede detenerse, sin importar el problema de la pandemia, y lograron convencer a México para que reduzca la producción de petróleo y así el precio del mismo no siga cayendo. Si bien esto hace que el precio vuelva a subir y que las empresas petroleras más importantes no quiebren, en Argentina los sectores petroleros siguen presionando para que se imponga desde el gobierno un precio del Barril Criollo, dado que Vaca Muerta se encuentra totalmente parada y sin vías de reactivarse. Recordemos que el petróleo es el respaldo indirecto del dólar.
El destino es incierto, y la renegociación con los Bonistas externos es cada día más complicada, debido a la incertidumbre reinante en el mundo. La oferta del Gobierno no es desconocer la Deuda ni hacer responsable al FMI; solamente se pide aplazar el pago de la deuda por un período de tres años, al cabo del cual se pagaría un cupón inicial de 0,5% (y 2,33% de promedio a lo largo del período de repago), una quita nominal de 5,4% del stock de deuda sujeta a reestructuración (U$S 68.842 millones) y una reducción de U$S 37.900 millones (equivalente a 62%) en los intereses.
Las consecuencias prácticas son que, si se acepta la propuesta del gobierno, habrá que ver cómo se paga y si es real ese plan de pago; de no aceptarse, vamos a un Default. Tenemos cuatro semanas para saberlo, y luego deberemos esperar para ver si vamos a juicio con los acreedores o, en caso de aceptación por parte de los acreedores, cómo nos recuperamos para pagar esta propuesta. Pero, en ambos casos, no sabemos con qué situación económica / financiera mundial nos encontraremos después de este confinamiento, sumado al coronocrash (que está destruyendo las economía mundiales). Tampoco sabemos cómo quedara el dólar a futuro, ni siquiera si será el dólar la moneda de intercambio mundial; no sabemos si China y Rusia ocupan un nuevo rol o si estaremos en un nuevo orden mundial, como algunos se atreven a plantear.
Por lo pronto, la única certeza es que el dólar hoy ronda los 100 pesos, tanto en el mercado electrónico de pago como en el Blue y en el contado con liqui, demostrando que, a hoy, el dólar aún está retrasado, en parte debido a la devaluación que el resto de los países llevaron adelante, y no es de extrañarnos que el dólar a futuro esté más alto. El año pasado había dicho que, para marzo, el dólar estaría por arriba de los 120 pesos; la situación del coronavirus demoró esto unos meses pero, con la emisión del Gobierno y la reacción de los tenedores de deuda externa ante la oferta del canje del Gobierno, no es de extrañar que todos corran al dólar y éste, en consecuencia, aumente.
No hay ingresos para muchos sectores de la clase media, la inflación de marzo fue de 3,3% y acumula 48,4% en los últimos doce meses. Es imposible cubrir los cheques y la cadena de pagos está destruida desde el año pasado. En este tiempo, se terminó de profundizar la destrucción; la cantidad de cheques rechazados es muy alta y el Clearing bancario es insuficiente, los créditos de las Pymes aún no están y cada día es más difícil pagar los sueldos, y ni hablar de las cargas sociales. Por lo tanto, la recaudación fiscal este mes nuevamente caerá. La clase media está cada día más complicada, y aún no se ve un plan económico para después de la cuarentena, para ver las opciones de pago de la deuda y como creceremos.
Seamos estratégicos y pensemos cómo el país puede posicionarse con la falta de comida en el mundo. Cómo podemos volver a tener una Industria Pesada, cómo ampliamos nuestra oferta de granos y carnes, cómo seguimos adelante con nuestras empresas de vanguardia, como INVAP y la CONEA, cómo recuperamos el dominio de las exportaciones en todo sentido, cómo explotamos el mar y las reservas de oro y litio. Es momento de pensar cómo viene el mundo y cómo nosotros podemos aprovecharnos de esta situación. Hoy somos un país pobre con muchos recursos; pensemos la mejor forma de utilizarlos para un futuro auspicioso.