top of page

Informe 3 Política Internacional

Por Gonzalo Cueto


La guerra comercial China-EEUU pareciera hoy no tener un ganador, dado que la intención de quebrar la industria china de celulares, que se evidenció con la prohibición de comerciar chips con empresas chinas a Qualcomm y Broadcom y con el veto de Google a licenciar Android a los productos marca Huawei, hasta hoy fracasó. Por su parte, China está viendo un descenso en la comercialización de algunos de sus productos, y algunas empresas trasladan sus fábricas a otros lugares para evitar las sanciones americanas; a esto hay que sumarle que la República China registra este año su crecimiento más bajo de las últimas tres décadas. Por otro lado, los sectores agroindustriales y el sector automotriz americanos (que votaron y apoyan a Trump), están sufriendo las consecuencias de esta lucha comercial. Los conflictos en los balances de las empresas General Motors y Ford, más los conflictos con la industria automotriz europea y, por sobre todo, el desarrollo de la industria automotriz china y sus autos eléctricos, están llevando a esa industria a conflictos sociales por el cierre de fábricas, dando las primeras señales de fracaso de la política Trump.


La suba de aranceles a productos electrónicos de origen chino también se vió retrasada hasta después de las fiestas de navidad, por temor a un incremento en los precios y una caída en el nivel de consumo, otra señal de la preocupación hacia la actividad económica americana. En la apertura de la ONU, Trump dijo “no aceptaré un mal trato con China” y aclaró que “es necesario que China le respete los derechos humanos a la población de Hong Kong, condición para lograr el acuerdo comercial”; en el último tramo de su exposición habló sobre Irán y el peligro para la paz mundial. En este sentido, el ataque por Drones a la compañía Saudi Aramco, logró que el barril de petróleo suba de precio y se generara cierta inestabilidad por algunos días. Sin embargo, las consecuencias a nivel mundial son automáticas, provocando el aumento de los costos en muchas áreas productivas; hoy, el aumento del valor del barril puede traer consecuencias recesivas, no solo en una Europa que ya posee serios problemas, sino en todo el mundo, el cual se encamina a la recesión.


En Europa, las medidas que impulsara el Banco Central Europeo para salvar el euro son, quizás, escasas; si Europa quiere evitar la recesión, las políticas de gasto tienen que ser llevadas a cabo por los gobiernos. Tenemos a Alemania en caída y un Brexit duro, el cual sufrió un nuevo revés con la declaración de nulidad dictada por la justicia para cerrar el parlamento; en el medio se encuentra el cambio del director del BCE (Banco Central Europeo) Mario Draghi por la Señora Lagarde (ex titular del FMI); este cambio parece llegar con la política de impresión de dinero sin respaldo. Este contexto contribuirá a una mayor recesión mundial. El mejor ejemplo es Alemania, que ya muestra señales de caída en el sector privado, el cual se contrae después de 6 años, como lo muestra el índice compuesto de gerentes de compras (PMI) de Markit, que hace un seguimiento de los sectores de manufacturas y servicios que, en conjunto, representan más de dos tercios de la economía, el cual cayó a 49,1 desde los 51,7 del mes anterior.


Las políticas que el BCE tomó, junto con el lento crecimiento de la economía global y la elevada incertidumbre empresarial, colaboraron a que Trump triunfe en su pelea por bajar las tasas ante la FED; se bajó en 25 puntos básicos. Sin embargo, también sigue latente el tema del DEFAULT americano, por el cual la FED, al margen de bajar las tasas, en las últimas semanas comenzó a inyectar más liquidez al sistema financiero, en total unos 400.000 millones U$$, a través de la recompra de las REPO (mercado de recompra donde los bancos y los operadores de bolsa pueden obtener préstamos garantizados en pocas horas), estas operatorias generan mayor desconfianza en el sistema internacional, que ya está con las alarmas encendidas. Este recorte de tasas. así como la inyección de una cantidad de dinero tan alta, es algo que no sucedía desde 2008, coincidiendo con la crisis financiera de ese año.


Otro de los puntos a resaltar de estos días es que el Parlamento austríaco aprobó por mayoría casi total, una moción que obliga al gobierno a vetar, ante el Consejo Europeo, la aprobación del tratado comercial entre la Unión Europea y Mercosur, del cual tanto hablara el gobierno de Macri, un acuerdo que no era beneficioso ni para el país ni la región y que implicaba un ataque a los sectores agrarios de Europa.


En Argentina, la última medida del gobierno sobre el congelamiento del combustible no logró superar los 35 días, y con nuevo decreto se permitió el aumento de 4%, aunque para los petroleros el valor tendría que ser mayor, ya que según ellos hay demasiado atraso en el precio. Otra de las promesas incumplidas del gobierno es la emisión cero; el BCRA hace política monetaria y aumenta la base en un 2.5% en septiembre y otro tanto en octubre (es decir imprime billetes). Por suerte, el mundo de las finanzas pasó del Rulo al Bucle, y el mayor problema es que los plazos fijos están calzados a las Leliq, por lo tanto, con la impresión de billetes, vamos camino a la hiperinflación, debido a que se provocará un aumento en la caída por la demanda de dinero, y el costo de mantener el tipo de cambio llegara arriba de los tres dígitos ni bien se acelere el proceso. Mantener un dólar controlado terminará por liquidar las reservas, la consecuencia final del desastre financiero generado por el mejor equipo de los últimos 50 años.


Hablar de los indicadores económicos ya no tiene sentido, dado que todos están en caída y la mayor preocupación hoy está puesta en el aumento de la pobreza al 40%, y con ello el aumento del hambre (estiman 5 millones de personas), el aumento del desempleo 10,6% (2.5 millones de personas) y ahora, tenemos que sumarle los problemas en las Obras Sociales y en la medicina privada, la cual está muy deteriorada y con la cadena de pago a prestadores en muchos casos ya quebrada. Si bien ya existen casos de tuberculosis, sarampión y faltantes de vacunas e insumos, el sistema de salud se encuentra a punto de colapsar.


Seguimos con la caída de: la producción, del consumo, de la inversión y como consecuencia de ello la caída de la recaudación fiscal y del PBI. La caída del PBI per cápita es del 7,1%, y el sueldo medido en dólares cayó un 65% en su valor (según un informe de la Universidad Nacional de Avellaneda -UNDAV), los trabajadores argentinos en diciembre del 2015 contaban con el sueldo mínimo más alto de la región 589 u$$ y hoy estamos en 180 u$$). Con este descenso, sólo superados por Venezuela –en el fondo de la tabla- con un salario equivalente a 2,76 dólares y por México con 155 u$$, lo único que aumenta durante este tiempo es el precio de los alimentos, los cuales en la primera quincena de septiembre registraron un aumento del 6.5%.


El índice de precios mayoristas tuvo un alza del 11,2 % en agosto y acumula un 62,9% en los últimos doce meses. Como mencionara en el informe anterior, el BCRA contabilizó al cierre de la primera semana de septiembre un activo total de 5.708.069 millones de pesos ($5,7 billones) y un pasivo total de 6.080.735 millones de pesos ($6,8 billón); según los datos del propio BCRA los activos se redujeron así en USD 16.224 millones, un 24,5%, y la fuga de divisas aumentó en un 30%. En una palabra, el BCRA está quebrado.


Por suerte, el gobierno presentó los delineamientos del presupuesto, el cual contiene valores irreales, y que seguramente terminará siendo desestimado por la próxima composición del Congreso. Por lo pronto podemos decir que los salarios están, en pesos, más bajos que en el 2001, según un relevamiento del Observatorio del Derecho Social de la CTA, el cual advierte que los sueldos perdieron, durante la gestión de Macri, hasta un 30% de su poder de compra.


En tan solo 3 años y 9 meses se generó una tremenda deuda externa la cual, según Ecolatina, ya representa el 90% del PBI; un festival financiero con las políticas de blanqueo de capital, colocación de deuda a 100 años y la fuga de capitales (en agosto la salida de capitales, según el BCRA, fue récord por u$s5.909 millones y ,en lo que va del 2019, " se fugaron; u$s19.741 millones. En 2018 se dio el récord histórico, se fueron u$s27.230 millones). Tendríamos que recordar que el último documento producido por el Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral y la Congregación para la Doctrina de la Fe, aprobado por el Papa Francisco a mediados de mayo, indicaba y reclamaba acciones de control sobre el sistema financiero, al tiempo que el documento advierte sobre la especulación que hacen los fondos de inversión sobre los títulos de deuda pública en el mundo, provocando la destrucción de las sociedades y las familias; es en este sentido que es necesario hablar del tejido social y cómo valorar a los seres humanos. El documento plantea que “…ese potente propulsor de la economía que son los mercados es incapaz de regularse por sí mismo … De hecho, estos no son capaces de generar los fundamentos que les permitan funcionar regularmente (cohesión social, honestidad, confianza, seguridad, leyes...), ni de corregir los efectos externos negativos para la sociedad humana (desigualdades, asimetrías, degradación ambiental, inseguridad social, fraude...).


Dentro de las propuestas a futuro, para salir de este problema, la señal que dio Alberto Fernández con Evo Morales hablando sobre las empresas de producción de Litio, es una señal positiva y está encaminado hacia donde la Argentina tiene que ir; es importante una buena lectura internacional y no abandonarnos a los intereses ya existentes. Debemos comprender que el Bloque Ruso Chino tiene que ser nuestro socio comercial, y que la relación con los EEUU tiene que pasar a ser una relación donde impere el concepto de nuestro desarrollo por sobre las imposiciones de ellos, ya que primero necesitaremos renegociar el desastre financiero que nos dejan y crecer, para poder pagar lo que se debe, siempre y cuando la justicia no lo declare ilegítimo.


Tomando las palabras de Trump ante la ONU: “Los líderes sabios siempre ponen primero el bien

de su propia gente y su país… El futuro no pertenece a los globalistas, el futuro pertenece a

los patriotas y a las naciones soberanas e independientes que protegen a sus ciudadanos”.

79 visualizaciones
bottom of page