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Bioy fotógrafo

Por Paris Goyeneche


Conocido por su cercana amistad con Jorge Luis Borges, su matrimonio con la escritora Silvina Ocampo, y su obra, que no ha sido poca ni floja, Adolfo Bioy Casares (1914-1999) ha sido, además, un fotógrafo de paladar negro. Sin necesidad de trabajar por lucro a lo largo de toda su vida (fue heredero de la fortuna de sus padres, hacendados y fundadores de la lechera “La Martona”), ha incursionado en este campo de la mejor manera: la del observador preclaro de su realidad, que ha sido el gran mundo literario y cultural de la Argentina que le tocó vivir, que incluye fotografías de familia, amigos y amantes, a lo largo de 20 años de curiosa documentación. Incluso años después de su fallecimiento se han encontrado “contactos” hechos incidentalmente en su última cámara fotográfica, una Hasselblad 500c (la Rolls Royce de las cámaras análogas).



En 2014, se hizo una exposición póstuma de varias de sus fotografías en el Centro Cultural General San Martín, curado por Daniel Martino, su albacea. A continuación incluyo tres artículos de la época que plasman algunas fotos de su colección


María Elena Walsh (1950) La foto se hizo en el departamento de Recoleta de los Bioy.

Autorretrato con reloj. Bioy en uno de sus dos escritorios, en el piso de Posadas y Schiaffino, septiembre de 1959.

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