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Biocombustibles: Las nuevas regulaciones podrían generarán graves consecuencias para la Argentina.

A pocas semanas de perder vigencia el actual régimen de promoción de biocombustibles, el Frente de Todos avanza en el congreso con un nuevo marco regulatorio que implicaría una drástica reducción en la proporción de biocombustibles en las naftas y el gasoil. El diputado Nacional y presidente del bloque Consenso Federal Alejandro “el Topo” Rodríguez analiza el impacto que podrían ocasionar en los diferentes niveles de nuestra constelación política, económica y ambiental si el proyecto presentado se convierte en Ley.



Además de Legislador, Alejandro es politólogo y profesor universitario. Creció en la provincia de Buenos Aires, en la ciudad de Tandil, en el marco de una familia de clase media. Antes de asumir como diputado nacional se desempeñó como funcionario en distintas áreas del gobierno de la provincia de Buenos Aires relacionadas con temas de producción. Basado en su experiencia se muestra muy critico respecto al proyecto de Ley presentado por el Frente de Todos en el congreso y nos explica por que ésta nueva regulación pone en riesgo los construido hasta ahora por la ley vigente.


Inicia la nota citando la posición de la Comisión Nacional de Justicia y Paz de la Conferencia Episcopal Argentina, que según su criterio, ha sido contundente. La misma señala que “se ha presentado en la Cámara de Diputados de la Nación un Proyecto de Ley de Marco regulatorio de Biocombustibles, que implica un franco retroceso en la política ambiental argentina”. Y agrega: “En efecto, el proyecto reduce el porcentaje de uso de biocombustibles establecido en la ley vigente”, para luego destacar “los siguientes aspectos negativos del Proyecto: reduce el porcentaje de biocombustible en la mezcla de los combustibles en surtidor; se contradice y formula afirmaciones poco claras respecto de los costos asociados; deja a la transición energética a criterio del mercado cuando es una política pública obligatoria; establece como Autoridad de Aplicación a la Secretaría de Energía, cuando debiera ser tripartita, integrando Energía, Ambiente y Desarrollo Sustentable y Producción Agropecuaria, dada la trascendencia de las cuestiones involucradas”.


Continúa su explicación – “Si la actual propuesta avanza, implicará un aumento en las necesidades de importación de combustibles, lo que exige mayor uso de dólares para sostener esas compras en el mercado externo. Nuestro país ya importa 2,3 millones de metros cúbicos de gasoil y 500.000 metros cúbicos de nafta. Es irresponsable forzar una situación que obligue a importar más combustibles. En términos de orientación de sus políticas productivas, si el gobierno nacional no quiere contribuir a reprimarizar parte de la producción agropecuaria, entonces no debería reducir los porcentajes de cortes vigentes, sino -más bien- aumentarlos”.

Concecuencias ambientales

“Adicionalmente, Argentina se estaría ubicando a contramano de la tendencia ambiental global. Con un piso más bajo en el porcentaje de combustibles vegetales para combinar con los fósiles, se abre la puerta a una mayor emisión de gases de efecto invernadero (GEI), en tanto que los biocombustibles los reducen en torno al 75% comparado con los combustibles fósiles. Usar menos biocombustibles es exactamente lo contrario de lo que nuestro país debe hacer a partir de los compromisos asumidos en el Acuerdo de Paris sobre Cambio Climático, para reducir el calentamiento global. Argentina no debe ir para atrás en materia ambiental, sino aplicar políticas progresivas. Un retroceso en los compromisos ambientales puede disparar también riesgosas consecuencias contra la política comercial argentina. Sería útil, a efectos de evitar eventuales impactos no deseados, que la Cancillería tenga participación y opinión técnica al respecto.


Centralismo vs Federalismo

“La nueva política de biocombustibles también reforzará el centralismo en desmedro del federalismo productivo. Al terminar con exenciones e incentivos como los del IVA, el Impuesto a las Ganancias para inversiones en bienes de capital y la no contabilización de los bienes afectados para integrar la base de Ganancia Mínima Presunta, el régimen de biocombustibles perdería el fuerte componente de promoción que ha resultado esencial para consolidar al sector que representa uno de los pocos casos de federalismo productivo con agregado de valor en una decena de provincias argentinas”.


El rol de la Provincia de Buenos Aires

Corresponde también hacer una mención especial a la Provincia de Buenos Aires, marcadamente ausente del protagonismo público en el debate actual de los Biocombustibles. La decisión del gobierno de Axel Kicillof de no mover un dedo a favor de los Biocombustibles tiene una explicación: la conducción política bonaerense planea hacer de Buenos Aires una “provincia petrolera”, que participe de la organización de estados federales productores de hidrocarburos. No es un secreto ni constituye una infidencia. Al contrario, se trata de un objetivo explícito que ha trascendido públicamente, instalado bajo el argumento de que la elaboración e industrialización de hidrocarburos en territorio provincial convierte a Buenos Aires en una provincia petrolera.


La necesidad de una política de estado

“En fin, la consolidación de un verdadero sistema nacional de desarrollo de los Biocombustibles es una cuestión de estado, un asunto estratégico que requiere la coordinación, la rigurosidad y el acuerdo de todos los sectores de la política, el conocimiento, la producción y el trabajo.


“No se trata de romper lo que está, sino de mejorar lo que hay para afrontar el futuro. Una buena alternativa para lograrlo sería impulsar el “Régimen de Promoción para el Desarrollo de los Biocombustibles”, elaborado por los representantes de distintas provincias en la Liga Bioenergética y presentado como proyecto de ley ante el Congreso de la Nación, en noviembre de 2020.

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